En un mundo cada vez más individualista, el asociacionismo puede ser nuestro salvavidas.
La semana pasada asistí al VIII TRADICAN (Jornadas Canarias de Traducción e Interpretación), un congreso imprescindible en el mundo de la traducción en España y que tuve la fortuna de organizar en tres ediciones consecutivas.
Esta vez fue la primera ocasión en la que las viví desde el otro lado, como asistente y no como organizadora, y no pude evitar sentir una mezcla de sensaciones, entre las que destacaban la nostalgia y la añoranza por un pasado que ha contribuido tanto a la formación de mi presente en términos laborales.
Hoy me apetece contarles mi historia con el asociacionismo y las razones por las que lo considero crucial, no solo en la Traducción e Interpretación, sino en cualquier otro sector y, por supuesto, en la vida.
Entre 2020 y 2023 formé parte de manera activa de AETI, la única asociación española de estudiantes de Traducción e Interpretación. Mis años en AETI fueron un aprendizaje constante, primero como vocal de la ULPGC y organizadora del TRADICAN, y luego como parte de la Junta Directiva de la asociación a nivel nacional, en calidad de secretaria.
Después de esos tres años y tras haber organizado un TRADICAN en línea y dos presenciales, me reafirmé en la importancia del asociacionismo por varias razones, entre las que resaltaría las siguientes:
- Nos acerca a la realidad del mercado y de la profesión;
- Contribuye a forjar una red de contactos con personas del mismo sector y con las mismas inquietudes;
- Es un foro constante de debate en el que se tratan, entre muchos otros temas, las condiciones de la profesión y se aúnan fuerzas para mejorarlas;
- Nos mantiene al tanto de las actualizaciones, de las novedades y de recursos interesantes relativos a nuestra profesión. Podemos recibir información muy útil y también compartirla con el resto de personas de la asociación;
- Nos aporta una sensación de comunidad muy positiva y motivadora, al ver que hay otras muchas personas que están viviendo una situación laboral similar a la nuestra.
Quién sabe, quizá si no hubiera vivido esta experiencia asociativa, igual no me dedicaría hoy a la interpretación de conferencias ni habría conocido a las personas tan maravillosas que me ha puesto en el camino esta profesión.
Hoy le doy las gracias a esa Lara de 2020 que decidió abrir el ordenador una tarde de domingo cualquiera y buscar información sobre AETI. Le agradezco esa curiosidad, esa ilusión y esas ganas genuinas de aprender, de seguir descubriendo y de aportar lo que humildemente se pudiera. Le agradezco la valentía y la gran cantidad de tiempo que dedicó durante tres años a colaborar por gusto, por amor a la profesión y por ganas de explorarla a fondo.
Todas esas pequeñas decisiones, que en su momento parecen nimias, pueden llevarnos por caminos inesperados, caminos que en ocasiones se presentan vertiginosos y turbulentos, pero en los que sigue predominando la satisfacción y el impulso para seguir caminando con ilusión.
Si estás estudiando Traducción e Interpretación, asóciate y crea una red de contactos sana y fuerte, porque no hay nada más valioso que contar con personas con las que compartir inquietudes, miedos y logros.
¿Y tú? ¿Formas parte del alguna asociación o te gustaría hacerlo?



